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View Full Version : Hijos de padres divorciados.



kiryjuan
01-15-2010, 04:10 PM
HIJOS DE PADRES DIVORCIADOS
Sofía Montoya

Una de las dificultades más serias que pueden presentarse durante la disolución del matrimonio ocurre cuando los padres sitúan a sus hijos en medio del conflicto. La consecuencia de ello es que la capacidad de los pequeños para entablar relaciones sólidas será notablemente afectada.

Existen dos verdades en torno al divorcio que no debemos olvidar. La primera es que se trata de un evento en el que no suelen existir ganadores, y la segunda es que así como sus causas no se encuentra en el momento de la separación, sino en el pasado de la vida de la pareja, es innegable que sus efectos no se detienen con la ruptura del lazo matrimonial, sino que se extienden hacia el futuro.

Más aún, es importante señalar que este suceso no sólo afecta a la pareja, sino también sus hijos, obligándolos a enfrentar situaciones inesperadas y a reaprender nuevas formas de relacionarse con la sociedad en general.

Problema frecuente
Desafortunadamente, los cónyuges en conflicto suelen utilizar a sus descendientes para atacarse uno al otro, lo que los daña, asusta y confunde. Ello se traduce en:

•Aparición de problemas emocionales como ansiedad, depresión o terror nocturno (pesadillas).
•Mal aprovechamiento escolar.
•Indisciplina y problemas de convivencia.
•Baja autoestima.
Además, los chicos que se encuentran como árbitros del enojo de sus padres probablemente se convertirán en individuos enojados, inseguros y “a la defensiva”, cuyas relaciones sentimentales en el futuro pueden fracasar. Así, el trabajo que corresponde desempeñar a los padres es ayudar a los pequeños en el difícil proceso de la separación, y para ello es posible encontrar opciones que orienten su opinión, como la terapia psicológica.

Es trascendental permitir que los chicos expresen sus sentimientos, pero no se debe dejar que manipulen la situación. Simplemente, cada uno de los padres debe darle justo valor a lo que los menores sienten y compartir con ellos los sentimientos de tristeza, temor al abandono e inseguridad que las separaciones provocan.

También resulta fundamental no consentir a los hijos ni dejar que hagan su voluntad, a fin de que los progenitores encuentren alivio a sus sentimientos de culpa.

Cabe señalar que algunos niños tienden a guardarse todos sus sentimientos negativos para adoptar la posición de protectores de sus padres, pues piensan que éstos se encuentran en situación tan vulnerable que es mejor no molestarlos con sus problemas, asumiendo, por tanto, una madurez prematura que no les corresponde.

Otro caso común es el de aquellos niños de padres divorciados que se enferman como expresión de su sentimiento de desamparo. En tal caso, será fundamental que se les enseñe que deben valorar y desarrollar su independencia, mientras los padres resuelven sus conflictos.

Una vez que se concrete la separación es importante que los infantes no viajen con excesiva frecuencia de la casa de uno de sus padres a la otra, ya que mantener una sola residencia les permitirá desarrollar su identidad. Asimismo, es necesario respetar su derecho de amar a ambos padres sin importar las diferencias que existan entre ellos, pues deben comprender que hay problemas que sólo corresponden a la pareja y que ello no tiene que ver con el amor que merecen recibir.

En todo caso, es importante señalar que no es ideal suspender el divorcio “para evitar problemas a los hijos” en caso de que la relación de pareja no tenga solución a la vista. Si los niños están viviendo situaciones de peleas constantes, discusiones o maltrato, será más beneficioso para ellos que sus padres se separen. Se ha comprobado que los pequeños sufren más en aquellas situaciones en que los padres son infelices juntos, que cuando deciden vivir separados.

kiryjuan
01-15-2010, 04:18 PM
¿CÓMO SE LO DIGO A MIS HIJOS?
Fernando González G.

Lejana parece la época en que el divorcio era motivo de vergüenza entre la sociedad mexicana. Hoy, más allá de análisis sociológicos al respecto, toma relevancia la conducta que la pareja disuelta adopte ante los hijos procreados. Lo primero, dejar en claro que la responsabilidad de la decisión reside solamente en los padres.

Muchas de las costumbres y leyes que nos rigen hoy día tienen su antecedente más lejano en la cultura romana, tal como ocurre en el caso del divorcio, pues los historiadores relatan que en aquella época la disolución matrimonial podía solicitarse sin causa justificada, y bastaba que hubiera terminado el afecto conyugal para que el trámite fuera procedente.

En sentido formal, esta figura jurídica se dividía en "bona gratia", término que se refiere al acuerdo que existía entre los dos consortes, y por repudiación, es decir, cuando así lo determinaba la voluntad de uno de los cónyuges, lo que en nuestros tiempos ocurre en forma muy similar.

Según palabras del filosofo Séneca, la facilidad de obtener el divorcio produjo la inmoralidad de las clases poderosas, ya que se abusaba de dicha situación, lo que da pie a la siguiente cita: "¿Qué mujer se sonroja actualmente de divorciarse, desde que ciertas damas ilustres no cuentan su edad sino por el número de sus maridos? Se divorcian para volverse a casar, se casan para divorciarse".

Por supuesto que esta referencia está vigente, aunque para que sea justa se debe incluir también a los hombres, pues tal parece que la unión matrimonial ha perdido su valor y hoy se ve más como un experimento que como una decisión determinante en la vida de un individuo.

Dicho panorama afecta al conjunto social pero, fundamentalmente, a los hijos que se hayan procreado, pues éstos no pueden comprender con facilidad los cambios ocurridos al interior de su familia, ni tampoco el temor e inseguridad que genera la separación de sus padres. En este sentido se pronuncian muchos estudios, los cuales concluyen que la separación y divorcio de los padres tienen considerable impacto sobre la vida de los hijos que se manifiesta mediante desórdenes psicológicos, inadaptación social, así como menores logros educativos y económicos.

Cómo explicar la separación
Los especialistas en Psicología concuerdan que cuando los padres deciden separarse deben hablar en forma conjunta con sus hijos y ser honestos con ellos. Asimismo, es fundamental usar un lenguaje adecuado para su edad y dejarles en claro que el divorcio es algo entre mamá y papá; asimismo, es fundamental demostrarles que van a seguir siendo sus padres aunque ya no vivan juntos.

De igual forma, los progenitores deben asumir su responsabilidad por la separación y hablar de los errores que pudieron haber cometido para que el niño no se sienta culpable de la situación, lo que ocurre muy a menudo. Para que las cosas se compliquen menos le pueden dar ejemplos de gente que conozcan y que ya hayan pasado por esa situación, para exponerles que es algo que sucede comúnmente. Si el niño es pequeño se puede recurrir a la adaptación de un cuento para explicar la ruptura conyugal, e inclusive usar muñecos para demostrarle que papá va a vivir en otra casa pero que lo va a visitar frecuentemente.

Es fundamental que ambos padres ofrezcan la explicación de la ruptura porque de esta manera, a pesar de lo paradójico que pueda parecer, infundirán seguridad y confianza en su hijo; para que dicha charla cumpla su cometido es conveniente planear lo que van a decir y quién lo va a hacer, así como el lugar donde platicarán y si lo harán con todos los hijos al mismo o con cada uno por separado.

Cada quien su responsabilidad
Es fundamental que el hijo (sobre todo si es un niño), entienda que quienes se van a divorciar son los padres, pero que el cariño de cada uno de ellos hacia él es incondicional y permanente, y que nada de lo que ocurra podrá modificarlo.

También es relevante que los infantes sepan que nada de lo que ellos hagan o intenten hacer podrá modificar tal decisión. En otras palabras, hay que dejar en claro que los niños no son responsables del divorcio, no son culpables de él y no pueden cambiar la decisión de los padres.

Por otro lado, se recomienda que la pareja disuelta establezca con precisión y de manera formal (sea voluntariamente o mediante la intervención de la autoridad civil) el arreglo mediante el cual se tenga contacto con los hijos. A manera de sugerencia, algunas reglas que deben ser observadas:

•Reciba o entregue a su hijo en la puerta de la casa, no permita que salga solo cargando una pequeña maleta. Esto produce ansiedad y puede ser humillante.
•Evite tener discusiones enfrente de los pequeños, pues ello los hará sentir culpables.
•No mande mensajes a su expareja con sus hijos.
•Cada quién pone las reglas en su propia casa, por lo que no debe intentar imponerlas en casa de su expareja.
•No hable mal de su "ex" a los niños, recuerde que también son sus hijos y que es muy importante que la imagen de ambos padres quede intacta.
•Procure que los niños no se desvinculen del núcleo familiar al que estaban acostumbrados, es decir, busque que la convivencia con primos, tíos y abuelos (tanto maternos como paternos) no se altere de manera significativa.
•Si el padre o madre de sus hijos se relaciona sentimentalmente con otra persona será bueno guardar cierta distancia, aunque nada malo sucederá si establece un trato diplomático y respetuoso con "él" o "ella".
Finalmente, aunque la separación de su pareja haya sido serena y civilizada, y la primera reacción de sus hijos pudiera catalogarse como "muy madura", es muy factible que surjan manifestaciones posteriores como tristeza, ansiedad, preocupación, así como bajo rendimiento escolar, sentimiento de abandono e incluso depresión.

En estos casos, será fundamental que forme un frente común con su expareja y busquen la ayuda de un psicólogo o paidosiquiatra (especialista en conducta infantil), quien les ayudará a definir la conducta a seguir.

kiryjuan
01-15-2010, 04:25 PM
CÓMO SUPERAR UN DIVORCIO

Lorena Rodríguez

Cuando las cosas no funcionan en la relación de pareja y se opta por la separación, se experimenta dolorosa etapa de duelo en la que se entremezclan depresión, rencor, angustia y confusión. ¿Cómo se puede salir adelante sin desfallecer en el intento?, continúe leyendo y descúbralo.

La separación aparece como consecuencia de prolongado desgaste en la relación, inconformidades no comunicadas a tiempo, necesidades no manifestadas, desengaños o haber permitido pasivamente que la rutina opacara la vida conyugal. Por estas razones, aunque se albergue mucha tristeza al momento de decidirse por el divorcio y después de consumado el mismo, debe tenerse presente que la relación terminó porque ya no funcionaba, en donde lo más saludable es cortar por lo sano.

Después de la separación es necesario que la mujer reencamine su vida, por ejemplo, si no trabajaba debe hacerlo. En cuanto al tiempo libre, resulta normal que quien acaba de divorciarse se sienta perdida, de hecho, muchas féminas en el afán de no aceptar que están solas programan salidas constantes para gastar el tiempo que antes compartían con su pareja. Ante ello, es importante que cada una aprenda a estar a solas consigo misma, pero sin llegar al extremo de convertirse en ermitaña.

¿Qué hacer?
Cuando es una quien toma la decisión de divorciarse es necesario reflexionar y mantener una postura firme antes de comunicarla a la pareja y, llegado el momento de hablar, se requiere sinceridad, honestidad y dirigir el diálogo hacia la posibilidad de crecimiento personal que hasta ahora parece estancado.

En caso de ser quien recibe la noticia, en primer lugar habrá que asimilarla y luego expresarse; asimismo, es importante poner en claro si lo que se siente hacia la pareja es amor o sólo se trata de costumbre y sentimiento de dependencia. Ahora bien, una vez decidida la ruptura, hay que evitar la crítica, hablar mal de la expareja, darle valor al "que dirán", conductas ruines, mentiras y sentimientos de culpa, odio y rencor.

Cada persona, según su personalidad, carácter, creencias religiosas y filosofía de vida, podrá superar con el tiempo el divorcio, para ello es fundamental entender y aceptar las causas que acompañan a este problema, así como aceptar el grado de responsabilidad (nunca culpas) que se tuvo en la separación. Durante este proceso es válido sentir angustia y llorar, pero no se debe permitir que estas conductas invadan totalmente la vida, al grado de impedir seguir adelante.

Por otra parte, se hace necesario aceptar que a partir de la separación la vida cambiará totalmente, pero lejos de ser algo malo esta situación debe percibirse como una oportunidad para mostrar potencialidades y espíritu de lucha para sobreponerse y salir adelante; por supuesto que resulta imprescindible la compañía afectiva de familiares y amigos. Asimismo, una mujer que se acaba de divorciar debe pensar cómo reorganizará su vida y, si hay hijos, tendrá que evitar junto con el padre que ellos sufran o que se sientan culpables por la ruptura.

Cabe destacar que una separación, ya sea de mutuo acuerdo o no, genera siempre una fase de duelo en todos los miembros de la familia, la cual se supera gradualmente con el paso del tiempo. No obstante, cuando la etapa de sufrimiento se prolonga mucho tiempo y se convierte en sentimiento paralizante que impide realizar las actividades cotidianas, es aconsejable acudir al psicólogo o psiquiatra, especialistas que ayudarán a superar y aceptar la situación de la mejor manera.

Si hay hijos de por medio...
Si la pareja engendró hijos es fundamental que ambos progenitores hablen con ellos y les expliquen por qué tomaron tal decisión, dejándoles muy en claro que no son los culpables, que seguirán queriéndolos de la misma manera y que todo seguirá prácticamente igual, con la única diferencia de uno de los dos ya no vivirá en la casa, pero que ello no será impedimento para que se sigan viendo.

Si los hijos son pequeños (menores de 12 años) se entiende que estarán mejor a cargo de la madre, en tanto que los adolescentes pueden decidir con quién vivir. Lo habitual es que la persona que se quede a cargo de los niños siga viviendo en la misma casa para generar los menos cambios posibles en la vida de los chicos.

Una vez separados, la relación que deben tener los padres es de amistad y respeto, ya que un ambiente adecuado entre ellos facilitará el equilibrio físico y mental de los niños, amén de que esto les permitirá estar en contacto para todo lo que tenga que ver con el crecimiento de los chicos. Por estas razones hay que considerar que usted y su expareja no son dos oponentes que rivalizarán para obtener como premio el cariño de los hijos, sino es necesario comprender que están en el mismo bando para educarles, ayudarles a crecer y enseñarles a ser independientes, aun y cuando el proyecto de matrimonio se haya venido abajo.

Por último, para poder darnos cuenta que estamos viviendo una crisis matrimonial o conyugal hay que ser capaces de desligarnos emocionalmente del vínculo de dependencia que nos une a la pareja y mirar el problema desde fuera, objetivamente, como un espectador más. No hay que evaluar lo que perderemos si nos divorciamos, sino simplemente analizar la situación actual de crisis que dificulta la convivencia.