Víctor ''Salsa'' Cruz le pone sabor boricua a la NFL (AP)

sábado, 14 de enero de 2012
Raúl ÁlzAGA / Primera Hora


El jugador de sangre boricua Víctor “Salsa“ Cruz no puede pedir mucho más.





La temporada 2011-2012 de la NFL ha sido prácticamente de ensueño para el wide receiver, pues no tan sólo se afincó con un puesto en la rotación abridora de los Giants de Nueva York, sino que aprovechó esa oportunidad al máximo para finalizar tercero en la NFL en yardas atrapadas con 1,536, que es un nuevo récord en dicha franquicia, y ayudó al equipo a llegar a playoffs.
Más aún, su peculiar secuencia de celebración luego de anotar un touchdown -en la que da rienda suelta a su “cocolería” bailando salsa en el end zone- ha sido una de las más originales y más comentadas durante esta temporada, lo que le ha ganado aún más fama de la noche a la mañana en el deporte más visto en Estados Unidos.


Y, como si fuera poco, Cruz -cuya madre es puertorriqueña y su papá, afroamericano, aunque él nació en Nueva Jersey- también se convirtió en padre en días recientes, luego que su esposa, Eliana Watley, diera a luz a su primogénita, Kennedy, el lunes pasado.
¿Qué más quiere?
Quizás un anillo de Super Bowl es lo que terminaría por cerrar con broche de oro su memorable año de ascenso al estrellato de la NFL.
Pero, para ello, primero sus Giants y él deben disponer de los favoritos Packers de Green Bay este domingo cuando se midan en las semifinales de la Conferencia NFC en duelo en el que Cruz tendrá que lidiar con una de las defensas secundarias más eficientes de la liga, encabezada por los cornerbacks Charles Woodson y Trammon Williams.
Pero Cruz ya los conoce bien y, de hecho, consiguió siete pases atrapados y acumuló 119 yardas durante el revés de los Giants, 38-35, contra los Packers esta temporada.
Brilla bajo presiónInclusive, cuando los Giants más lo han necesitado, Cruz siempre dijo presente esta temporada, inclusive en los últimos dos partidos de serie regular, los cuales Nueva York necesitaba ganar para entrar a playoffs.


Ante los Jets de Nueva York, el wide receiver de 6'1” de estatura explotó para 164 yardas recibidas, entre ellas un touchdown de 99 yardas - que empató un récord de NFL. Eso sucedió producto de un pase del quarteback Eli Manning de 10 yardas, las cuales Cruz extendió por 89 más -ése si es un récord único en NFL de su autoría- para una de las anotaciones que ayudaron a los Giants a lograr la victoria, 29-14, ese día.
Posteriormente, Cruz le recetó 178 yardas a los Cowboys de Dallas la semana siguiente, incluyendo una recepción de 74 yardas en aplastante triunfo de Nueva York, 31-14, que aseguró el pase a playoffs.
Nunca se quitóPero quizás lo más agradable de la historia de Cruz no son sus éxitos recientes, sino su ética de trabajo y su actitud persistente para llegar a este punto en su carrera.
Estamos hablando de alguien que no fue escogido en el sorteo de la NFL en el 2010 a pesar de haber tenido una carrera sólida en la NCAA con la Universidad de Massachussets, con la que finalizó como el cuarto mejor receptor en sus historia con 131 pases atrapados y 1,958 yardas.
Pero el nativo de Paterson, Nueva Jersey, no se quitó: laboró duro cuando lo invitaron al campamento de los Giants y se ganó un puesto con un impresionante debut en un partido de exhibición el pasado 6 de agosto de 2010 con 145 yardas y tres touchdowns.
Y aunque en el 2010 no pudo lucir en la temporada regular debido a un a lesión y a la cantidad de wide receivers más veteranos que tenía por encima de él, la puerta se le abrió en el 2011 y la ha aprovechado a la saciedad.
Con dos de los principales receivers de los Giants lesionados (Mario Manningham y Domenik Hixon) y tras la partida del agente libre Steve Smith, el puesto de segundo wide receiver detrás de Hakeem Nicks quedó libre para el que más lo quisiera, y Cruz fue el que se lo ganó.
El momento definitorio del hijo de Blanca Cruz llegó en el tercer juego de temporada en triunfo, 29-16, sobre los Eagles de Filadelfia, donde consiguió tres pases atrapados para 110 yardas y dos touchdowns.
Y de ahí en adelante, la Cruz-Mania se dejó sentir al son de salsa. Ahora lo que falta por verse es si el pegasoso ritmo latino seguirá viéndose en el área de anotaciones hasta el Super Bowl.